Privandome de no querer... cualquier cosa
Decía la canción mientras la micro avanzaba entre el concreto de los edificios, mi s penas aparecían reflejadas en los grandes vidrios de las tiendas, mis soledades y mis penas.
Mi reflejo era el de un fracaso, así me siento en estos momentos, sin ganas de mucho y mas ganas de acabar con todo sin querer confiar en nadie para contarle nada, sin siquiera confiar en mi para contarme algo. Mis limites de tolerancia del resto se habían acabado, estaba en un punto en que se probaban los limites ajenos de que habían de tolerancia hacia mi, como siempre creí solo habían de un solo lado, del mío, yo siempre dispuesto a escuchar al resto, siempre dando consejos, olvidaba los míos, cuando los podía contar perdían importancia, nunca he encontrado a nadie como para que sea de mi entera confianza, cuando ocurrió eso hace mucho tiempo, con el transcurso de este se convirtió en mi peor enemigo, siempre espero saber de mis secretos para utilizarlos en mi contra, solo porque el era un poco demasiado fuera del precepto de belleza masculina, que se poseía por la provincia en la que nos encontramos, quizás algo poco masculino. Así como para acabar con esta historia, un poco absurda pero complementar algo la razon que me hace desconfiar un poco de la gente.
Ahora comenzando mi nueva vida sin vida, encuentro entre los tesoros preciados, mi soledad que me ayuda a comenzar de nuevo, de a poco muy de a poco.